lunes, diciembre 25, 2006

La Muerte

La muerte

Como a una hermana. Sin rubor. De frente
y en un paso a nivel de mi avenida...
¡Quiero esperarte agradecidamente,
como si hubiera entrado ya en la Vida!

Tú, el Principio y el Fin.
Yo, un ahora peregrino
desde Ti a Ti.

Señor, no quiero ser más que lo que soy: nada.
Para que, de este modo,
en mi mansión deshabitada
Tú, Huésped dueño, lo seas todo.

Pedro Casaldáliga

No hay comentarios:

AMAR HASTA QUE DUELA

  En memoria de la señora Luz María que me pagaba la consulta médica con 2 huevitos de gallina. Dar de lo que necesito. Dar sin medida, s...