jueves, diciembre 19, 2019



Consolad a Mi Pueblo.
Cuatro palabras
un proyecto
una vida.
Consolad a Mi Pueblo.
Dolor
Amor
Vida
Gracias.
Consolad a Mi Pueblo.
Ternura
Cuidado
Miradas
Abrazos
Consolad a Mi Pueblo
Son tantos los rostros.
Son tantos los nombres
Son tantos los encuentros
Son tantos...
Consolad a Mi Pueblo.

DEJAR MARCHAR: PERDONAR Y PEDIR PERDON, DAR LAS GRACIAS, DECIR TE QUIERO Y DECIR ADIOS ADIOS. Dr. Deseo

jueves, octubre 03, 2019

¿QUIEN SOY?
¿QUIEN SOY LLAMADO A SER?
¿COMO VIVIR EN COHERENCIA
ENTRE VOCACIÓN Y VIDA?

¡QUE DIFÍCIL ES LIBERARSE
DE LAS ATADURAS QUE NOS PONEMOS!

LIBERARSE DE LO QUE ME QUITA LIBERTAD
SOLTAR AQUELLO QUE ME DA SEGURIDAD
DEJAR DE RESPONDER
A LO QUE OTROS ESPERAN DE MI
Y SIMPLEMENTE SER YO
ACEPTAR MI LIMITE
MOSTRARME COMO SOY
Y VOLVER A LO ESENCIAL
PRACTICAR LA JUSTICIA
AMAR CON TERNURA
CAMINAR CON HUMILDAD

EN LA CERTEZA DE SER AMADO INCONDICIONALMENTE

ENTREVISTA EN ONDA VASCA SOBRE TESTAMENTO VITAL

https://www.ondavasca.com/#/audios/planificacion-anticipada-de-decisiones-pad-y-documento-de-voluntades-anticipadas-dva

martes, septiembre 10, 2019


Un sábado cualquiera 
Es sábado por la tarde, es invierno y mientras una tormenta azota los cristales de las ventanas de la casa, en su interior, un joven está muriendo.
Tiene sólo 23 años. Su rostro transmite ternura y sus ojos resaltan en su tez oscura.
Me mira y su mirada me llega hasta el fondo. Es una mirada limpia y llena de ternura.
Una hora antes le he puesto medicación sedante pues su dificultad respiratoria le estaba generando un profundo sufrimiento. Se ahogaba detrás de la máscara de su máquina para respirar.
Lentamente se va serenando. La música relajante suena de fondo. Él duerme. El silencio sólo lo interrumpe el “te quiero” que pronuncian los que le han amado y le siguen amando en esta hora.
Me voy retirando hacia la entrada. Ahora es su hora. El médico ya no tiene que hacer otra cosa que “hacer acto de presencia”, hacer silencio y contemplar.
Ahora desde la entrada de la casa contemplo el amor. El Amor. Pues de algún modo su Dios y el mío que son el mismo están aquí. Son Amor.
En medio de este silencio escribo. Escribo porque no quiero que se me pierda nada de lo que se me está regalando. Quiero conservarlo. Agradezco profundamente ser médico, estar aquí y ahora con ellos, para ellos, para mí.
Y en lo que parece un instante eterno deja de respirar entre los brazos entrelazados de sus padres y hermanas. Hay lágrimas y hay amor. Hay paz.
Y mi propio dolor, que evoca otro vivido hace ya mucho tiempo, se torna paz y agradecimiento.
Ahora toca volver a mi casa, a mi vida, a la vida.

La vida. 
La vida es plenitud. 
Nada importan los límites
Nada importa la vulnerabilidad. 
La vida
todo lo desborda
todo lo llena de sentido
hasta el sinsentido -
La vida es horizonte. 
Siempre abierto
Siempre pleno de misterio
Siempre conectado a la esperanza
Pues la esperanza es la vida misma
hecha experiencia
La vida es oportunidad
para ir más allá
de límites 
de barreras
de nosotros mismos
por encima de nosotros mismos
es aquí donde la vida se hace transcendencia
y el mas allá más acá
y el dolor se hace amor
y la soledad comunidad. 
Esto es la vida
hasta el final.

TRAS LA ELA EN VELA

martes, septiembre 03, 2019

La Unidad de Cuidados Paliativos cumple 25 años



ANTE
el dolor de tantos en este mundo soy llamado :

Al SILENCIO
para que sea su voz la que importa, para hacer espacio dentro de mi a su grito, a su rabia, a su miedo, a su dolor... ante todo eso no tengo palabras pues sonarían vacías, solo silencio...

A la COMPASIÓN
para percibir su dolor y acercarme aunque me de miedo, aunque no sepa que voy a hacer... su dolor me mueve, me remueve y me conmueve... y me arrastra hacia ellos pidiendo respuestas...

A la INDIGNACIÓN
para encontrar en ella la energía suficiente para alzar la voz, para dar voz a la voz de tantos y tantas excluidos, apartados, dolientes que han perdido la voz. Y expresar mi hartazgo ante tanta injusticia provocada.

A la SOLIDARIDAD y la TERNURA
para acercarme con delicadeza para sanar sus heridas y dejarme sanar por ellos las mías. Ese es todo el proyecto. Esa es la vida.

A la ADORACIÓN y la GRATITUD
pues todos ellos y ellas son el verdadero templo de Dios, el lugar en el cual postrarme para adorarle y darles gracias por cambiar mi vida.

A APRENDER A ESPERAR LO IMPOSIBLE
pues no tengo derecho a desesperar mientras a tantos lo único que les queda es esperar.

miércoles, agosto 28, 2019

EL MISTERIO
¿Por qué?
Nos preguntamos
mientras el dolor
inunda la perplejidad.
¿Por qué?
Gritamos
y no sabemos a quién
aunque nos gustaría saberlo.
¿Por qué?
Repetimos en nuestro cerebro
como quien en caida libre
busca algo a lo que aferrarse.
¿Por qué?
Quiero seguir preguntando.
me resisto a aceptarlo.
Hoy prefiero la pregunta
la rabia
el dolor.
¿Por qué?
Si acaso hay Dios
¿Dónde se ha metido?
¡Da la cara!
Quiero gritarle.
¿Por qué?
Y sólo hay silencio
y unos ojos rojos
y una boca reseca
y un nudo en le corazón.
¿Por qué?
Es lo único que me queda.
Dos palabras.
El resto
parece haber desaparecido.
¿Por qué?
Está oscuro.
Siento frío.
Es el misterio
y me envuelve.
A el me entrego,
en el me recojo.
Aferrado a la esperanza.
¿Por qué?
CUANDO EL DOLOR LLAMA A LA PUERTA DE LOS PROFESIONALES
Somos profesionales que acompañamos a personas que sufren. Hemos aprendido a hacerlo tras años de formación y de trabajo cerca de las personas que viven situaciones de sufrimiento.
Pero ¿Qué pasa cuando el que sufre es un compañero? ¿Qué hacemos con el dolor que su dolor nos produce? ¿Qué hacemos con lo que nos mueve dentro?
Cada día enfrentamos el dolor y el sufrimiento, permanecemos al lado de los dolientes, les sostenemos, les acompañamos en sus tinieblas. Estamos convencidos que ayudarles a conectar con su dolor y a ahondar en su experiencia es el camino de su sanación. Y les vamos llevando en ese itinerario, camino de las profundidades. Somos testigos de su dolor, de cómo se derrumban y de cómo van sanando. Nos colocamos a su lado desde la empatía, descendemos a su lado al lugar de sus heridas, pero sin perder la perspectiva. Sabemos diferenciar las suyas de las nuestras. La formación, el entrenamiento y sobre todo el trabajo personal nos ayudan en esa tarea.
Sin embargo cuando el doliente es un compañero todo es más complejo. Su dolor, nuestro dolor. Su vulnerabilidad y nuestra vulnerabilidad. Todo se entremezcla de modo que nos es difícil encontrar nuestro lugar.
Tenemos la tentación de poner en juego nuestro recursos profesionales para ayudarle y enseguida (ojalá sea así) nos damos cuenta de lo equivocados que estamos. Estamos demasiado cerca, demasiado implicados. No es la hora de los profesionales. Es la hora de los amigos y compañeros.
Estamos para estar cerca. Para escuchar si quiere hablar, para abrazar si es lo que necesita, para reír si es necesario y para llorar. No necesita nuestra profesión, no necesita nuestras habilidades. Tan sólo necesita nuestra presencia.
Y cuando nos quedamos solos. Y nuestra mente no deja pensar en su dolor y en el nuestro. Cuando no podemos evitar identificarnos con su dolor y su vulnerabilidad. Entonces nos decimos que tenemos que cuidarnos, que tal vez lo mejor sea aprender a desconectar…
… evitar el dolor, distraernos, ocupar la mente, el tiempo… separarnos de lo que sentimos… Mañana hay que volver al trabajo - nos decimos - Debemos estar emocionalmente disponibles para las personas que atendemos habitualmente. No nos podemos permitir perdernos en nuestras propias emociones…
Es como si todo lo que hemos aprendido e incluso afirmamos cuando damos formación y charlas se nos hubiera olvidado o como si sólo sirviera para otros, pero no para nosotros. Y es que nuestro escudo protector, nuestra ilusamente creída sensación de invulnerabilidad, ha caído y con ella nosotros. Somos vulnerables. No es que no lo supiéramos. No es eso. Pero intentábamos hacer como si así fuera. Y ahora ya no podemos.
Ante nosotros se abre una disyuntiva. O huimos del dolor y nos ponemos una coraza y hacemos como si no nos afectara. O penetramos de lleno en la experiencia, en lo que se mueve en nuestro interior y aprovechamos este dolor como cauce para crecer, para sanar las propias heridas, para ser más humanos y así y sólo así mejores profesionales. El camino no es la desconexión. La clave es conectar. No son las estrategias para desconectar las que nos ayudarán, sino aquellas que nos permitan entrar, conectar, ahondar en la experiencia que estamos haciendo.
¿Quién cuida de los cuidadores? ¿Cómo nos cuidamos entre nosotros? ¿Ponemos en práctica todo lo que ofrecemos a los otros? Es la hora de cuidarnos, de compartir lo que sentimos, de fortalecer el equipo y las relaciones. Es la hora de los sanadores heridos. Es la hora de hacer real aquello que es la base de nuestro modelo de trabajo. Es la hora de la hospitalidad, de la presencia y la compasión. Con nosotros mismos y con nuestros compañeros de trabajo.
UN DECÁLOGO PARA CUIDAR DE LAS PERSONAS (QUE SUFREN) 

1.- “ESTÉS PRESENTE”
 Cuando acompañes a una persona haz acto de presencia. Con todo tu ser, aquí y ahora.

 2.-ACOMPAÑA EN CLAVE DE CRECIMIENTO
 El/ ella - como tú mismo - está en crecimiento - en cambio permanente - no te centres en la meta, valora el camino. Lo importante es caminar.

 3.- TRANSMITE TUS VALORES (QUE TE AYUDAN A VIVIR)
 Háblale de lo que te ayuda. Dale tu experiencia y tus valores y tus convicciones y junto a ellas tus dudas. Todo eso forma tu tesoro.

 4.- ATIENDE - PRESTA ATENCIÓN – A AQUELLO QUE TE MUEVE (TU ESPÍRITU)
 Siempre está. Déjale hablar y que te ayude a comprender lo que acontece en el cuidado de las personas. El espíritu que te mueve está ahí llenando el espacio entre ambos.

 5.-SAL A BUSCARLE CUANDO SE PIERDA
 Toma la iniciativa. Cuidar no es estar a la espera, implica dinamismo. A veces tocará salir a buscarle/a.

 6.-GUARDA SILENCIO
 Crea el espacio para acoger sin excluir. Su vida, sus emociones. Es su tesoro en vasija de barro.

 7.-DEJA QUE SU VIDA TE HABLE
 Su vida te habla. ¿Qué te dice?. Abre tu mente y tu corazón.

 8.-GUARDA EN TU CORAZÓN
 Conserva viva la memoria de estos encuentros. Son también fuente de energía y sanación para ti.

 9.-APRENDE UNA NUEVA RELACIÓN.
 Cuidado/a y cuidador/a cambian en el camino y la relación se hace nueva … y cada uno es nuevo.

 10.-SIGUE PRESENTE
 ¡Permanece! Con esta persona... y las que vendrán.

AMAR HASTA QUE DUELA

  En memoria de la señora Luz María que me pagaba la consulta médica con 2 huevitos de gallina. Dar de lo que necesito. Dar sin medida, s...